El franchising, también conocido como sistema de franquicias, es un contrato mediante el cual una empresa (denominada franquiciante o franquiciador) que ya posee un modelo de negocio exitoso y una marca consolidada, otorga a otra empresa o emprendedor (el franquiciado) el derecho de comercializar sus productos o servicios dentro de un área determinada y por un tiempo específico, bajo ciertas condiciones comerciales. A cambio, el franquiciado debe realizar una compensación económica.
Las compensaciones más frecuentes incluyen:
- Canon de ingreso
- Regalías fijas o variables
- Aportes para servicios específicos, como campañas de publicidad.
Este modelo permite que el franquiciante expanda su marca y red de distribución con capital externo, optimizando costos y logrando economías de escala. Por su parte, el franquiciado accede a un negocio de bajo riesgo, ya que invierte en una marca consolidada y cuenta con el respaldo del franquiciante, quien le proporciona el know-how y una metodología probada para gestionar la franquicia con éxito.
Franchising en Argentina: Marco legal
En Argentina, el sistema de franquicias está regulado en el Capítulo 19 del Código Civil y Comercial, específicamente en el Artículo 1512, que define el contrato de franquicia.
Según la normativa, el franquiciante otorga al franquiciado el derecho a operar bajo su marca y su sistema probado de comercialización, proporcionando además asesoramiento continuo y asistencia técnica a cambio de una compensación directa o indirecta.
Además, la legislación establece que el franquiciante debe ser titular exclusivo de los derechos intelectuales sobre la marca, patentes, nombres comerciales y cualquier otro activo relacionado con la franquicia. También se prohíbe que el franquiciante tenga control accionario en el negocio del franquiciado, garantizando así la independencia operativa del emprendedor.
¿Por qué elegir una franquicia?
Marca reconocida y registrada
Al adquirir una franquicia, el franquiciado accede a una marca con reconocimiento en el mercado, lo que facilita la captación de clientes desde el inicio.
Menor riesgo de inversión
Invertir en una franquicia es una opción más segura en comparación con iniciar un negocio desde cero. Aunque no garantiza el éxito absoluto, minimiza riesgos gracias a un modelo de negocio probado y optimizado. Factores como la ubicación, la gestión del franquiciado y el contexto económico influyen en los resultados.
Marketing y publicidad centralizados
El franquiciante suele gestionar campañas de marketing y publicidad a nivel corporativo, aprovechando la economía de escala para reducir costos y mejorar la efectividad de la comunicación de marca. También invierte en innovaciones tecnológicas y mejoras en los procedimientos, lo que permite a la franquicia mantenerse competitiva en el mercado.

Capacitación y asistencia continua
Uno de los mayores beneficios de una franquicia es el acceso al know-how del franquiciante. A través de manuales operativos y capacitaciones, el franquiciado recibe formación sobre la gestión del negocio, reduciendo costos y riesgos asociados a la curva de aprendizaje.
Además, el soporte continuo asegura que el franquiciado se mantenga actualizado en buenas prácticas de gestión, innovación y estrategias comerciales.
Amplia variedad de inversión
El mercado de franquicias ofrece diversas opciones de inversión, permitiendo que cada emprendedor encuentre la alternativa que mejor se ajuste a su presupuesto y expectativas.
Oportunidades en todos los rubros
Las franquicias abarcan casi todos los sectores comerciales. Algunos de los más comunes incluyen:
- Gastronomía: restaurantes, pizzerías, heladerías, cafeterías, bares.
- Moda y textil: indumentaria, calzado, marroquinería, accesorios, blanquería.
- Servicios: salud, belleza, formación, consultoría, inmobiliarias, finanzas.
- Retail especializado: supermercados, pinturerías, mueblerías, colchonerías, decoración, ópticas.
No se requiere experiencia previa
En la mayoría de los casos, el franquiciado no necesita experiencia previa en el rubro, ya que recibe formación y asesoramiento continuo por parte del franquiciante.
Modelo «win-win» o ganar-ganar
El sistema de franquicias se basa en un esquema colaborativo, donde ambas partes aportan al éxito del negocio:
- El franquiciante ofrece una marca posicionada, asistencia y metodologías optimizadas.
- El franquiciado invierte capital y gestiona la operación diaria del negocio.
Este modelo permite que ambas partes se beneficien del crecimiento y la expansión de la franquicia, logrando una relación comercial rentable y sostenible en el tiempo.