La nube informática es una experiencia de tecnologías de la información y un modelo operativo del cual es dependiente el triunfo de cada una de las iniciativas de DX
La apresurada digitalización que vivimos el año pasado impactó en cada una de las esferas sociales e inclusive empujó a las empresas a ir por más en su evolución hacia la transformación digital (DX, sigla en inglés).
La encuesta sobre el efecto del Covid-19 de la consultora IDC del 2020 mostró que el 58% de las empresas aceptan que sus modelos operativos tienen que ser reevaluados, debido a que tienen que estar habilitados digitalmente para asegurar que logren dar una más grande automatización y resoluciones sin contacto, demasiado importantes en esta nueva realidad. Además, lanzó que el 15% por ciento está incrementando las inversiones en su innovación en modelos de negocios.
No obstante, la gran mayor parte todavía no reconoce diversos puntos que tienen que tener en cuenta en el momento de fomentar este cambio. Uno de ellos es la preponderancia de la nube en el camino hacia la transformación digital.
La consultora Gartner estima que la estrategia de digitalización crecerá en todo el mundo y aumentará el gasto en tecnología en la nube en un 18%, lo que supone más de 304 mil millones de dólares en inversión.
Cloud por el momento no es únicamente un destino o un desafío, sino una vivencia de tecnologías de la información (TI) y un modelo operativo del cual es dependiente el triunfo de cada una de las iniciativas de DX.
Al llevar gradualmente los servicios a la nube, las empresas poseen el control y tienen la posibilidad de forjar su propio camino, salvaguardando su estabilidad digital. Mientras el modelo operativo cambia a la nube, con la era la organización realiza novedosas capacidades y habilidades, lo cual posibilita un verdadero modelo más dinámico y escalable que ayude a alinear las operaciones y los procesos.
Pensar en un comercio con base en la nube es el primer paso, y algunos se han animado a adentrarse en este mundo, así sea de forma total o híbrida, No obstante, pensar en migrar el modelo de comercio a la nube por sí solo, por el momento no es suficiente.
Más del 60% de los argentinos les agradaría tener un estilo de trabajo más flexible y fluido una vez que llegue la hora de volver a la oficina.
Cambio de mentalidad
Esto nos marca el segundo paso: las compañías tienen que trabajar en un cambio de «mindset» que les posibilite flexibilidad y abertura en las experiencias de trabajo que le entregan a sus colaboradores, lo que nos lleva a pensar en espacios de trabajo digitales, que se adapten a las nuevas demandas de la fuerza laboral.
Este nuevo modelo de trabajo está con base en el almacenamiento de datos y herramientas colaborativas para hacer más eficiente y provechosa la vivencia del trabajo digital. Y aquí vuelve a aparecer la nube como aliada importante del nuevo orden laboral.
Varios servicios de cloud hoy brindan a las compañías plataformas como Google Workspace, Office 365, entre otros que les posibilita a los usuarios compartir datos para mejorar la sinergia del trabajo en grupo, a distancia.
El proceso de pensar en negocios digitales nos invita a capitalizar el fomento de las experiencias transformadoras, para edificar y conservar la flexibilidad que necesita el nuevo orden laboral.
Para eso, las empresas tienen que adoptar herramientas que les posibilite optimizar y regir sus cargas de datos, y dar espacios de trabajo digitales e inteligentes, que habilite a los colaboradores a entrar a su más alto potencial y productividad. La nube es un instrumento necesario para conseguir dichos fines.