Adaptación y Liderazgo: Navegando el Cambio Organizacional

Negocios

Los líderes se enfrentan al cambio desde cuatro perspectivas: como receptores, resistentes, controladores, y aquellos listos para el cambio. Los que se encuentran en los tres primeros grupos tienden a ralentizar el proceso, creando barreras al avance organizacional.

La automatización de la toma de decisiones, a través de la inteligencia artificial y la robótica, plantea retos para los líderes y CEOs que no se adaptan.

Un estudio de 2023 de la Universidad de Harvard, denominado «Ready for Anything», reveló que cerca del 50% de los ejecutivos de más de 1,200 empresas globales anticipa la necesidad de adaptarse a estas tecnologías y al cambio constante para evitar quedarse atrás en su sector en 2024.

Anteriormente, el cambio en las empresas era visto como una perturbación temporal, con un inicio y un fin definidos. Se creía que tras el cambio, la empresa se «estabilizaría» y las operaciones volverían a la normalidad.

Sin embargo, esta perspectiva ya no se alinea con los desafíos actuales. Los ciclos de vida de los productos son mucho más cortos, las disrupciones tecnológicas son más frecuentes, y aparecen nuevos competidores con ofertas de valor más atractivas y personalizadas para los clientes.

En la actualidad, es crucial que los empleados en todos los niveles de una empresa adopten nuevas maneras de pensar y actuar que les permitan no solo sobrevivir, sino también prosperar. Las organizaciones deben integrar el cambio como parte de su modo de operar y considerar la adaptación constante como un elemento esencial de su cultura.

Esto implica la adopción y capacitación en nuevas tecnologías que faciliten la automatización y optimización de diversos procesos, incluyendo la toma de decisiones, logística, administración, marketing, finanzas o desarrollo de productos.

Preparación para el Cambio

Más allá de la tecnología, el cambio es impulsado por las personas. Entonces, ¿cómo pueden prepararse? A continuación se ofrecen cuatro recomendaciones:

  1. Establecer resultados dinámicos: los objetivos deben ser claros desde el inicio, pero flexibles para adaptarse al progreso. En un entorno de cambio constante, esperar procesos completamente definidos es inviable. La adaptación y reconfiguración deben ser habituales.
  2. Transformar el mindset organizacional: la percepción del cambio por parte de una organización cambia su enfoque sobre cómo hacer negocios y relacionarse con empleados y clientes. Esto requiere un cambio de comportamiento, identificar momentos clave para la reinventiva y la toma de decisiones orientadas a nuevos resultados.
  3. La capacidad colectiva de cambiar como ventaja competitiva: el cambio no es solo un asunto individual. Es fundamental desarrollar redes de apoyo que faciliten una transformación del pensamiento y la conducta a gran escala. Los empleados necesitan sentirse apoyados, colaborar con otros compañeros y equipos, y ser conscientes de que la cultura organizacional también está evolucionando.
  4. Desarrollar líderes de cambio: considerar el cambio como parte integral del modelo de negocio convierte a todos los líderes en agentes de cambio. Prepararlos implica involucrarlos directamente en la experiencia del futuro deseado, más allá de meras presentaciones. La inmersión permite a los líderes comprender los recursos necesarios para alcanzar sus metas y aplicarlos en el contexto real de su trabajo.

La percepción que los líderes tienen sobre el cambio es fundamental para determinar el éxito de la adaptación organizacional.

Según un estudio de Harvard de 2023, prácticamente todas las organizaciones a nivel mundial están en medio de una transformación digital, con una previsión de que la inversión global en este ámbito alcanzará los 3,4 billones de dólares para 2026.

Tipos de Liderazgo ante el Cambio

Un estudio de BTS identificó cuatro tipos de actitudes de los líderes frente al cambio: receptores, que se sienten fuera de control y evitan tomar acciones para no generar conflictos; resistentes, que obtienen poder oponiéndose al cambio; controladores, que intentan gestionar el cambio a través de la planificación y ejecución meticulosa; y aquellos listos para el cambio, que lo anticipan y se enfocan en alinearse con los objetivos y co-crear el futuro.

Los ejecutivos en los tres primeros niveles tienden a ralentizar el proceso de cambio, impidiendo el avance, mientras que los líderes y organizaciones preparados para el cambio aprenden, se adaptan y evolucionan colectivamente.

Cultura y Estrategia: Aliadas del Cambio

Cuando la estrategia de una empresa está en sintonía con su cultura, se clarifica el propósito organizacional, la dirección que se debe seguir y cómo cada individuo puede contribuir al éxito colectivo.

El cambio es un fenómeno dinámico y no lineal, que no tiene un punto de inicio claro ni un final predecible. Se extiende desde los profesionales de Aprendizaje y Desarrollo (L&D), captando a otros con visiones similares, hasta permeabilizar toda la organización.

Forjar esta comprensión y consenso se convierte en el aspecto más crítico, fomentando la capacidad de la organización para adaptarse y moverse con agilidad. En la actualidad, el cambio es constante, representando una fuente inagotable de nuevas oportunidades, innovación y crecimiento.

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